El objetivo del verano es conseguir refrescar la casa sin que afecte demasiado a la factura de la luz de los hogares en España. Pero eso no siempre es posible. Es inevitable que algo gastemos si queremos sobrevivir al calor. El aire acondicionado es nuestro mejor aliado para combatirlo, aunque desajusta el presupuesto de muchas familias. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), aconsejan los modelos con bomba de calor, ya que son más eficientes que el resto. No obstante, hay que tener en cuenta también otros aspectos para escoger el aparato que mejor se adapte a las necesidades de cada hogar. En función de nuestra elección no solo podemos reducir el consumo, sino también la huella de carbono.
Es importante tener cuidado a la hora de luchar contra las altas temperaturas, tanto con el medio ambiente como con la factura, para que nuestros bolsillos no se vean excesivamente perjudicados. ¿Qué claves podemos seguir para enfriar la casa sin hacerle un roto al bolsillo en plena ola de calor?
¿Cómo se calcula el consumo de la electricidad?
En el caso del aire acondicionado, su consumo se calcula en función de dos potencias: la eléctrica y la térmica. La primera se contabiliza en vatios (W) y es la cantidad de electricidad necesaria para que el aparato funcione durante una hora de manera continuada. Por otro lado, la segunda se refiere a la capacidad que tiene para enfriar o calentar una estancia. «Los aparatos domésticos suelen moverse entre una potencia de 500 vatios cuando funcionan al mínimo y 1.500 si se ponen al máximo. Ahora bien, como las facturas se expresan en kilovatios por hora (kWh) la idea es dividir esa potencia entre mil para hacerse una idea de lo que gasta. Es decir, el consumo de aire acondicionado durante una hora oscilará entre un mínimo de 0,5 kWh y un máximo de 1,5 kWh», precisan en la OCU. La potencia térmica también se suele medir en kilovatios, aunque hay aparatos que lo hacen en unidades térmicas británicas (BTU7h). «Para convertirlas a kW, hay que multiplicar por 0,293 y después dividir entre 1.000».
Pero, al igual que ocurre con la calefacción, el consumo de aire acondicionado varía en función de muchos factores, desde la ubicación de la vivienda al aislamiento térmico del edificio o, incluso, la temperatura a la que se programe el sistema de ventilación. Según un estudio realizado por la OCU, la factura de la luz para un mismo modelo de aire acondicionado puede diferir en casi 50 euros anuales en función de la ciudad en la que se resida.
Fuente: https://www.economiadigital.es/politica/guardia-civil-fraude.html