A partir de este miércoles, la tarifa regulada del gas natural (TUR) experimentará un aumento del 10% en comparación con el último trimestre de 2023. Este incremento se debe principalmente al aumento de la demanda durante el invierno, ya que las calefacciones en Europa están funcionando a pleno rendimiento. Para los bloques de pisos que cuentan con caldera comunitaria, el encarecimiento será aún más significativo, oscilando entre el 13,5% y el 18,3%, dependiendo del consumo total de cada comunidad. A pesar de esta subida, es importante destacar que la tarifa regulada individual sigue siendo un 22% más baja que los precios alcanzados en el primer trimestre de 2023, durante el periodo más crítico de la crisis energética.
La tarifa regulada se divide en tres categorías: la TUR1, que se aplica a hogares que utilizan gas solo para cocinar y agua caliente, verá un aumento del 8,9%; la TUR2, que incluye calefacción, subirá un 10,5%; y la TUR3, destinada a pequeñas y medianas empresas, tendrá un incremento del 11,6%. Este ajuste tarifario se produce en un contexto donde el precio del barril de petróleo ha disminuido un 6% de media, lo que ha permitido que el coste del gas en origen caiga ligeramente más del 2%. Sin embargo, el sobrecargo estacional de casi el 6% es lo que realmente impacta en el bolsillo del consumidor final.
Con la llegada de la primavera, se espera que esta tendencia de aumento en las tarifas comience a revertirse, como es habitual cada año. Los consumidores que se encuentran en el mercado libre seguirán regidos por los contratos que hayan firmado con sus proveedores de gas. En un panorama más amplio, la situación del mercado energético sigue siendo volátil, y los precios del gas natural en Europa continúan fluctuando, lo que podría influir en futuras decisiones tarifarias. La atención de los consumidores y las comunidades de propietarios será crucial para adaptarse a estos cambios y buscar alternativas que les permitan mitigar el impacto de estas subidas.